miércoles, 12 de junio de 2013

No nos podemos quedar quietos

Cada día que pasa estoy más convencido de que las marcas personales y las empresariales son muy distintas, por lo que deben tener aproximaciones diferentes; de hecho, opino que las marcas personales empiezan a tener un peso muy específico, al transmitir una mayor credibilidad para la toma de decisiones. No obstante, comparten determinadas similitudes, algunas de las cuales he podido comprobar en el estupendo artículo 'cuando el original no se puede copiar' de Jaime Sanabria.


No nos podemos quedar quietos
Fuente CC: Alejandro Castro

Porque aunque una marca personal no se pueda copiar, ello no significa que no sea mejorable. Al contrario; los que trabajamos conscientemente en nuestra propia marca, comprendemos que no se forja de la noche a la mañana, y que cada día que pasa vamos aprendiendo cosas nuevas que integramos en nuestra esencia como profesionales. Y para ello, la interacción con los demás y el nutrirnos de contenidos que nos aportan valor, nos ayudan a tener un conocimiento actualizado y por tanto a poder dar una visión renovada y fresca a los demás.

Comprender que dejamos nuestros contenidos en la Red, en distintos canales accesibles por cualquier persona, nos hace reflexionar a veces sobre la posibilidad de que nos plagien, aunque llegamos a la conclusión (por lo menos yo) que eso es hasta cierto punto irrelevante. Lo importante es generar una percepción de valor en los demás, y para ello debemos entregar lo mejor de nosotros mismos, aunque alguien pueda pensar que puede llegar a vaciarse. El problema no es si hablan de nosotros, sino que la percepción que generemos sea completamente neutra.

Ahora bien, también es lógico suponer que dormirnos en los laureles puede ser contraproducente, echando por tierra todo el esfuerzo realizado, y quizás dando pasos atrás en nuestra imagen de marca. Los 'impactos', a través de nuestra presencia y especialmente de nuestro contenido, debemos realizarnos de forma periódica y manteniendo una constancia determinada.

Por tanto, el que tenga un objetivo claro de proyectar su identidad profesional y convertirse en un auténtico especialista en un área determinada (y ser visto como tal), no le queda otra que evolucionar constantemente, para lo cual será necesario nutrirse de las mejores prácticas que vaya encontrando a su alrededor, para ser mañana un poco mejor que hoy.

Porque como ya dije en una entrada anterior, la actitud personal y la forma de encarar el día a día profesional, es incopiable.

Hasta mañana.


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