Fuente: palm z |
Porque la actitud necesaria para acometer ambos tipos de 'búsquedas' es radicalmente distinta, y exige ser consciente de las posibilidades que tiene cada uno para abordar la búsqueda de empleo con las mayores garantías, decidiendo realizar una apuesta a largo plazo en el caso de decantarse por trabajar la identidad profesional propia.
La búsqueda tradicional de empleo suele estar asociada a momentos puntuales condicionados por la necesidad ('necesito un empleo'), lo cual comienza un proceso (a menudo largo) en el que nos inscribimos a cuantas ofertas de empleo consideramos adecuadas para nuestro perfil, y confiando en que el reclutador se 'dignará' a leer nuestro CV. Hasta ahora este sistema ha funcionado razonablemente bien, en momentos donde los niveles de desempleo eran relativamente bajos. Sin embargo, en momentos de crisis como el actual, la cosa se complica, puesto que la proporción entre candidatos en búsqueda de empleo y ofertas de trabajo ha variado considerablemente con respecto a hace tan sólo unos pocos años.
Ante esta situación, hay personas que deciden anticiparse en su carrera profesional y deciden apostar por su propia marca, trabajando sus competencias y posicionándose frente a terceros, con la intención futura de que su conocimiento y experiencia, en definitiva, su reputación labrada con el tiempo, le reviertan en nuevas oportunidades profesionales.
Porque la marca personal es mucho más que un proyecto futuro para posicionarse en el ámbito profesional, supone en cualquier caso una apuesta por el autoconocimiento, por averiguar hacia dónde queremos dirigir nuestros pasos, evaluando nuestras fortalezas y debilidades, y por crear un auténtico negocio cuyo principal producto / servicio somos nosotros mismos.
Hasta mañana.
Hasta mañana.
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