miércoles, 10 de agosto de 2011

La felicidad en el Trabajo

Me pregunto si es posible ser feliz en el trabajo… Y no sólo eso, también reflexiono sobre si las organizaciones de hoy en día consideran la felicidad de sus integrantes como algo lo suficientemente importante en lo que deban (o no) centrar sus esfuerzos.
Hasta ahora siempre he tenido la sensación de que se considera que la felicidad es un bien que, si uno lo posee, es algo que está fuera de lo laboral; es más, creo que a la mayoría de las organizaciones no les importa si uno es feliz en el trabajo o no, no se valora que sea algo crítico que incida en los resultados profesionales de las personas, por lo que es algo en lo que no se pone foco.
¿Qué entiendo por felicidad?: es un concepto muy amplio con muchas respuestas diferentes, de tal manera que lo que a uno le hace feliz, a otro le puede hacer infeliz. Genéricamente, me atrevería a definirlo como un estado de ánimo positivo y permanente en el que se encuentran aquellas personas que han encontrado un sentido a su vida, y que por lo tanto actúan en el día a día con la coherencia que les proporciona esa creencia.
Hay muchos motivos que se me ocurren por los cuales es muy importante ser feliz en el trabajo, aquí van algunos de ellos:
  • Porque nos pasamos muchas horas en el trabajo. ¿Habéis hecho algún día la cuenta, para saber que casi el 50% (y realmente de ahí para arriba) de nuestro tiempo semanal útil, nos lo pasamos en el trabajo?. Algo donde podríamos decir que nos pasamos la ‘mitad’ o más de nuestras vidas, me parece relevante hacer un esfuerzo para tratar de ser feliz.
  • Porque nuestro trabajo es sin duda alguna un reflejo de nosotros mismos, siendo imposible separar nuestra felicidad ‘personal’ de nuestra felicidad ‘profesional’. Nuestro trabajo, aunque no es nuestra vida, sin duda forma una parte importante de ella.
  • Al no ser posible dicha separación, y al entender que la felicidad está ligada a la persona (independientemente del contexto –personal o profesional- en el que nos encontremos), el estado de ánimo que tengamos en nuestro trabajo puede condicionar (positiva o negativamente) nuestro contexto extra-laboral.
  • Porque es un hecho el que la calidad en nuestro trabajo y resultados, está directamente condicionado por nuestro estado de ánimo.
  • Porque es una ‘herramienta’ imprescindible que nos ayuda (no me atrevo a decir ‘garantiza’) a retener el talento en las organizaciones. Me atrevería a modificar esa frase tan manoseada de ‘el principal activo de las empresas son sus personas’ por ‘el principal activo de las empresas es la felicidad de sus personas’.
Y por otra parte, ¿qué nos motiva que nos pueda hacer ser felices en nuestro trabajo?: dinero, reconocimiento, desarrollo profesional, buen ambiente laboral, imagen de marca de nuestra compañía, valores de la compañía que son afines a nosotros y que por lo tanto hacemos nuestros, un trabajo bien hecho, sentirnos parte de un equipo, formación y aprendizaje, …
Hay varias de estas variables que son externas, quiero decir, no tenemos control 100% (a veces 0%) sobre ellas. Por ello me pregunto si el ser felices en nuestro trabajo depende de nuestro entorno o de nosotros mismos; y creo sin lugar a dudas que la felicidad vendrá desde dentro de cada uno de nosotros, al tratarse de una decisión personal e intransferible, cuya responsabilidad es únicamente nuestra. El intentar hallar una respuesta a nuestra infelicidad en el trabajo, en nuestro contexto (nuestro jefe, nuestro salario, nuestros compañeros, …), no hará sino alejarnos aún más de la solución al problema.
Muy conscientes de ello, en Infojobs hemos lanzado recientemente nuestro ‘termómetro de la felicidad’, una encuesta periódica con la que tratamos de tomar el pulso a nuestras personas, detectando su nivel de felicidad en la compañía; para ello tratamos tanto temas subjetivos como objetivos, mediante los cuales obtenemos una medición final que nos permite tomar medidas si corresponde. Afortunadamente, según el resultado de esta encuesta, somos razonablemente felices, aún nos queda camino por recorrer.
Y digo yo, ¿hay alguien que no quiera ser feliz?
Más info que nos puede dar más luz:


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